Las casas cardinales

También conocidas como Casas Angulares. Los ejes cartesianos, X e Y, en la astrología representan la energía de tipo Cardinal. Delimitan, marcan, un área de nuestra vida donde hay inicios y nos encontramos con:
• Inicio del Soy: correspondiente a la Casa 1, conocido también como Ascendente. Elemento fuego. Nuestra representación, el Yo Soy más auténtico y que nos gusta mostrar.
• Inicio del Nosotros: correspondiente a la Casa 4, conocido también como Fondo de Cielo. Elemento agua. Aquí construimos la identidad en grupo, en clan. La familia. Nos introducimos en las aguas de la subjetividad del mundo emocional.
• Inicio del Tú: correspondiente a la Casa 7, conocido también como Descendente. Elemento aire. Gobierna la zona de relación con el mundo externo y medio ambiente social. El otro, el No Yo.
• Inicio del Ser: correspondiente a la Casa 10, conocido también como Medio Cielo. Zona representante del Quiero Ser, como una búsqueda. Puede ser entendido como un «pseudo-destino». Por lo cual, gobierna el hacer del mundo material con el Yo Trabajo.

A la hora de leer un Mapa Astral es muy importante entender estos ejes, pues son parte de nuestras principales energías. Juan Bautista Morín en sus escritos conocidos como Astrologia Gallica’s llama a las Casas Astrológicas como la representación del nativo del mapa. Seriamos nosotros divididos en las 12 áreas primarias de nuestra vida. En estas 12 Casas es importante entender el juego de opuestos y complementarios. Sin una Casa 4 necesariamente no existiría la posibilidad de una Casa 10, así como tampoco tendríamos una Casa 1 sin una Casa 7.
En la Casa 4, más allá de los temas emocionales, familiares, el hogar y toda la cosa de interpretación clásica, nos encontramos con condicionamientos del núcleo familiar. Estos condicionamientos niegan, reprimen y/o generan cierto nivel de ausencia de una energía individual y original del nativo de la Carta Natal. En la Casa 10 encontramos esta energía que ha sido negada y el nativo tendría que desarrollar a lo largo de su vida, de acá el concepto de «pseudo-destino» de la Casa 10 al que referí anteriormente.
Entonces, ¿es negativo el significado de la Casa 4? Para nada. Ese condicionamiento del que hablamos nos da la sensación de unión y pertenencia a un grupo, a un clan (no físicamente, sino en forma de impulsor emocional para vivir). Nos une con los nuestros. De igual manera encontraremos gente en el mundo, mientras transitamos nuestro recorrido de liberación de la energía de la Casa 10, que posee características representadas en la Casa 4 y nos unimos a ellas. No sé quién dijo esta oración, me la transmitió un amigo que cursaba la Licenciatura en Psicología en la UNC y la escuchó de un profesor en clases. Cito la frase: «elegimos la carrera y profesión en base a ciertas cosas que nos han faltado en nuestros primeros años de vida». El eje de Casas Cardinales 4 (infancia, familia, hogar) – 10 (realización, profesión, reconocimiento social).
En la Casa 1 nos encontramos con la energía del signo que ascendía al Este de nuestro lugar y hora de nacimiento, de ahí el nombre Ascendente. Esta energía es la primera que palpamos al llegar a este mundo y otorga las 12 Casas, con sus energías correspondientes. El tema está en que todo lo que se oriente hacia un lado, necesariamente tendrá otro lado del cual se aleja (teoría del Yin-Yang). Este otro lado de la Casa 1 es la Casa 7, el Descendente. Es el signo y energía que se encontraba en oscuridad por el Oeste cuando nacimos. Esta energía representa lo negado en la personalidad, algo con lo que no conectamos y nos hace ruido en la vida. Es tan posible que pueda verse de forma clara en el mundo externo así como que no se pueda y esté con una neblina. Habla de temáticas que tendríamos que trabajar para incorporar a nuestra vida de forma consciente, accesible, y que encontraremos en el mundo exterior de forma positiva o negativa para nuestras vidas.
Entendemos así en un análisis de los ejes cardinales que nos identificamos con una personalidad y forma de encarar la vida (Ascendente) pero que en el tránsito de evolución, madurez y crecimiento, debemos incorporar lo proyectado y negado (Descendente). Mientras tanto, a la par, laburamos nuestro ingreso al mundo tratando de salir de la zona de confort para desatar la evolución, como chispa que la inicia. Así, nos vamos del nido (Fondo de Cielo) para forjarnos nuestra reputación y status social, buscando ser identificados por lo que somos y deseamos (Medio Cielo).
Darian Alemos

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